Todo empezó con una convicción

Lachen, Switzerland
20/02/2023
Noticias corporativas
Informe Anual 2022

40 años de Octapharma

Octapharma se fundó hace 40 años para suministrar a los pacientes con hemofilia un concentrado de factor VIII (FVIII) más seguro y de mejor calidad. En las cuatro décadas transcurridas desde entonces, Octapharma se ha convertido en una empresa mundial, motivada por la misma convicción y visión de ofrecer nuevas soluciones sanitarias que mejoren la vida humana.

Cuando la Dra. Judith Graham Pool, por aquel entonces investigadora asociada de la Unversidad de Stanford, desarrolló por primera vez en 1964 un técnica para producir crioprecipitado a partir del plasma de un solo donante en un banco de sangre ordinario, supuso un gran avance en el tratamiento para pacientes con hemofilia.1 Antes de esto, los pacientes con hemofilia podían recibir transfusiones de sangre completa o plasma fresco congelado en el hospital. El crioprecipitado de donantes únicos se generalizó para los pacientes con hemofilia.

Los avances con crioprecipitado despertaron un gran interés por las terapias con plasma y un puñado de empresas se movilizó rápidamente para comercializar esta nuevo oportunidad. A finales de los años 60 y en los 70, el desarrollo de tecnologías comerciales de fraccionamiento dio lugar a concentrados de factor de coagulación liofilizados que elevaban inmediatamente el factor de coagulación faltante a niveles normales, podían llevárselos los pacientes en los viajes y podían autoadministrarse2.

Por primera vez, se podía tratar a los pacientes hemofílicos antes de una hemorragia (con profilaxis), lo que reducía el riesgo de hemorragia y el consiguiente daño articular3.

El nacer de una alianza

Fue en Baxter Travenol Laboratories donde Robert Taub y Wolfgang Marguerre se cruzaron por primera vez.

“Ahí fue donde comenzamos a estar interesados en la medicina y atención sanitaria relacionadas con los derivados de plasma”, rememora Robert, quien entró a formar parte de Travenol en 1973. En 1975, Wolfgang se unió a esta, y Robert pasó al negocio de los derivados de plasma que Wolfgang dirigía. Durante estos primeros años los dos jóvenes directores formaron una relación duradera basada en la confianza y el respeto mutuo.

Sus carreras se estrecharon aún más cuando Wolfgang dejó Baxter en 1978 para convertirse en el vicepresidente ejecutivo senior del gigante francés de la cosmética, Revlon, encargado de la división de plasma. Robert lo siguió un año después, convirtiéndose en director general de la filial alemana, volviendo a dar parte a Wolfgang y trabajando con él.

Una crisis sanitaria emergente para los pacientes con hemofilia

Si bien los concentrados de Factor VIII habían traído nuevas esperanzas a los pacientes con hemofilia, también trajeron una nueva lacra: la hepatitis. Los concentrados de Factor se fabricaban a partir de grupos de hasta 40 000 donantes, en una época en la que aún no se disponía de pruebas de cribado de donantes ni de detección de virus. Las técnicas de inactivación y eliminación de virus tampoco se aplicaban aún en la fabricación.

Antes de 1980, casi todos los pacientes tratados con concentrados de factor de coagulación como el FVIII habían estado expuestos a la hepatitis. Se pensaba que las personas que habían usado un concentrado de factor antes de 1985 estaban expuestas a la hepatitis C y que la mayoría de estos pacientes estaban contagiados del virus4. No fue hasta 1990, por ejemplo, que se introdujeron las pruebas para la hepatitis C.

En EE. UU., hacia finales de 1980, se observaba una nueva enfermedad de transmisión sanguínea: el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Antes de 1982, no existían aún pruebas directas que indicasen que el sida era contagioso o se transmitía mediante la sangre. No se encontraron agentes y no existían pruebas para controlar a las personas potencialmente infectadas5. Sin embargo, en 1982 se anunció en EE. UU. la primera muerte de un paciente hemofílico con sida y se publicó la primera advertencia del peligro de contraer SIDA desde productos sanguíneos contaminados. A esto le siguieron en 1983 otras advertencias en The Lancet y la OMS que afirmaban que los pacientes con hemofilia debían estar advertidos de los peligros6.

Llamamiento a la acción: una necesidad urgente por la inactivación viral

Wolfgang y Robert entendieron rápidamente la gravedad de lo que pasaba en la comunidad de pacientes hemofílicos. Los pacientes contraían cada día hepatitis y VIH.

Conscientes de la cruda realidad, decidieron actuar rápidamente para encontrar una tecnología capaz de inactivar esos diferentes patógenos.

“Empezamos de cero y tuvimos que esforzarnos muchísimo para levantar el negocio. Al principio, tenía solamente una mesa, la misma mesa en la que trabajo hoy, y poco más”.

Wolfgang Marguerre, Chairman and CEO, Octapharma Group

Las semillas de una idea

Durante 1981 cuando trabajaban juntos en Revlon, Wolfgang consiguió la aprobación para enviar a Robert a hacer un máster en el Instituto Europeo de Administración de Empresas (INSEAD por sus siglas en inglés), en el que Wolfgang también había hecho su máster en 1972. En 1982, mientras completaba un módulo del máster, Robert escribió un esbozo de cinco páginas con el modelo de negocio que se convertiría en el plan inicial de Octapharma.

En 1983, ambos habían llegado a la misma conclusión: ya no querían malgastar su tiempo y esfuerzo trabajando en grandes empresas. “Estaba cansado de toda la burocracia de las grandes empresas farmacéuticas”, comentaba Wolfgang, “y me di cuenta de que la forma más rápida de ponerle solución a la crisis era dejando mi trabajo en Revlon y dedicándome por mi cuenta a buscar el santo grial de la tecnología de inactivación viral para los pacientes hemofílicos”.

El nacimiento de Octapharma

Robert y Wolfgang decidieron unir es fuerzos y el 2 de junio de 1983 abrieron conjuntamente una empresa en Suiza llamada Octapharma, en un guiño al Factor VIII. Los dos empresarios eran cada vez más conscientes de la creciente necesidad por innovar en la industria del plasma.

Durante una conversación con un amigo hematólogo en París, les llamó la atención una investigación que se estaba llevando a cabo en el New York Blood Centre (NYBC). “Pensamos que el método solvente/detergente (S/D) tenía el potencial para ser un método elegante de inactivación viral para los virus recubiertos de lípidos, como la hepatitis y VIH”, recuerda Robert. “En el método S/D, el solvente rompe la capa de lípidos y el detergente inactiva el virus, pero sin afectar a las propiedades biológicas de la proteína FVIII”.

La puesta en marcha del equipo

Teniendo en cuenta la urgente necesidad médica de concentrados de factor de coagulación inactivados viralmente para pacientes con hemofilia, Robert y Wolfgang decidieron trabajar junto con el equipo de científicos del NYBC (entre los que estaban los Dres. Bernard Horowitz, Richard Bonomo y Alfred Prince). Teniendo en cuenta el gran potencial del método S/D para suministrar concentrados de factor de coagulación viralmente seguros, Robert y Wolfgang adquirieron la licencia para el uso del método S/D que había desarrollado el NYBC.

Al mismo tiempo, contrataron al primer empleado a tiempo completo, Andy Smith, un químico de proteínas que trabajaba en la planta de fraccionamiento de Revlon en Illinois. Andy fue enviado al New York Blood Center para estudiar el método S/D con vistas a mejorarlo y escalarlo a la producción industrial.

Andy rememora el momento en el que pudieron probar el método S/D: “Cogimos una muestra del virus del VIH. Con inquietud, la llevamos al laboratorio del NYBC para probar si el método de S/D lo inactivaría. Nos pusimos eufóricos cuando descubrimos que el método S/D mató el virus”, afirmó. “Pudimos demostrar que Octapharma tenía un proceso para matar los virus de la hepatitis y del VIH y que podía ser la primera empresa del mercado con un producto libre de virus. Andy, que aún trabaja en Octapharma, se mudó a París desde donde viajaba todas las semanas hasta el laboratorio alemán de la Cruz Roja en Hagen para refinar el método S/D a escala comercial.

“Estaba cansado de toda la burocracia de las grandes empresas farmacéuticas, y me di cuenta de que la forma más rápida de ponerle solución a la crisis era dejando mi trabajo en Revlon y dedicándome por mi cuenta a buscar el santo grial de la tecnología de inactivación viral para los pacientes hemofílicos”.

Wolfgang Marguerre, Chairman and CEO, Octapharma Group

Los primeros pasos en la fabricación

Armados con una licencia para el método S/D y el proceso de fabricación y los conocimientos técnicos de Andy, Octapharma comenzó a trabajar junto con varias empresas europeas de fraccionamiento de plasma. A cambio de facilitar el acceso al método S/D y a los conocimientos técnicos, Octapharma recibía un determinado volumen del concentrado de FVIII inactivado viralmente mediante un contrato de fabricación. En 1985, solo 2 años después de abrir Octapharma con el único deseo de ofrecer productos más seguros a los pacientes, se puso a disposición de los pacientes con hemofilia el primer concentrado de FVIII inactivado víricamente, llamado “octavi” producido mediante el método S/D. Wolfgang y Robert habían cumplido el objetivo de ofrecer a los pacientes hemofílicos el producto seguro y eficaz que merecían.

Unos 40 años después, el método S/D desarrollado inicialmente por el NYBC y perfeccionado por Andy Smith y Octapharma, sigue siendo el tratamiento actual por excelencia utilizado por la industria del fraccionamiento de plasma para la seguridad frente a virus con envoltura lipídica altamente infecciosos7 , como la hepatitis B y C, el VIH 1/2, así como virus emergentes más recientes como el virus del Nilo Occidental, el virus de Chikungunya, el virus del Ébola y el SARS-CoV-2.

Los comienzos fueron difíciles. Wolfgang rememora: “Empezamos de cero y tuvimos que esforzarnos muchísimo para levantar el negocio. Al principio, tenía solamente una mesa, la misma mesa en la que trabajo hoy, y poco más”.

A pesar de todo, el trabajo duro y las largas jornadas y noches de trabajo dieron sus frutos. Octapharma creció progresivamente y, en 1989, compraron su primera planta de fraccionamiento en Viena. “Esto transformó la empresa”, afirma Wolfgang, “pasó de ser una empresa con 12 personas a una con 150 empleados. Gracias a nuestras propias instalaciones de producción, podíamos dedicarnos más intensamente a mejorar y desarrollar nuevos medicamentos derivados del plasma para los pacientes”.

En 1995, después de más de una década juntos desarrollando la empresa desde cero, los dos miembros fundadores de Octapharma se separaron. Robert accedió a vender a Wolfgang sus participaciones de Octapharma y empezó una exitosa trayectoria laboral llevando a cabo varias labores, entre ellas la venta de su empresa “Omrix Biopharmaceuticals” a Johnson & Johnson en 2008.

En 1995, las ventas anuales de Octapharma alcanzaban alrededor de 100 millones de euros al año en la región y, a pesar de las muchas dificultades, estaba encaminada hacia un crecimiento continuado a largo plazo.

"Ahora, empujados por la visión de ofrecer nuevas soluciones que mejoren la vida de las personas, continuamos hallando nuevas formas con las que ayudar a quienes su dolencia les ha cambiado la vida y desarrollando el negocio”.

Wolfgang Marguerre, Chairman and CEO, Octapharma Group

Seguimos motivados por nuestra visión…

A día de hoy, la compañía tiene cinco plantas de producción en Europa y recoge la mayoría del plasma a través de más de 190 centros de donación en los EE. UU. y Alemania. Octapharma cuenta con una amplia cartera de 13 medicamentos (tanto derivados del plasma como nuestro FVIII recombinante, Nuwiq) en las tres áreas terapéuticas de inmunoterapia, hematología y cuidados críticos, y tiene más de 11 000 empleados en todo el mundo. Con unos ingresos previstos de más de 3 000 millones de euros en 2023, somos uno de los mayores fabricantes de proteínas humanas del mundo, que suministra medicamentos a cientos de miles de pacientes al año en más de 118 países.

“Cuando abrí esta empresa junto con mi socio, Robert Taub, en 1983, no nos podíamos imaginar que Octapharma llegaría tan increíblemente lejos”, reflexiona Wolfgang, “Comenzamos con la convicción de que podíamos suministrar concentrados de FVIII que fueran más seguros y de mejor calidad a los pacientes hemofílicos” dice Wolfgang, que 40 años después sigue siendo el presidente y director general de Octapharma.

“Ahora, empujados por la visión de ofrecer nuevas soluciones que mejoren la vida de las personas, continuamos hallando nuevas formas con las que ayudar a quienes su dolencia les ha cambiado la vida y desarrollando el negocio. Seguimos con la misma determinación de siempre por mejorar y crecer para poder suministrar medicamentos que mejoren la vida de las personas a todavía más pacientes en el mundo.”

References

  1. Kasper, CK “Judith Graham Pool and the Discovery of Cryoprecipitate”, Haemophilia (2012) 18, 833-835.

  2. Evatt BL, “The tragic history of AIDS in the hemophilia population, 1982-1984”, J Thromb Haemost 2006; 4: 2295-2301.

  3. The Contaminated Blood Scandal”, https://haemophilia.org.uk/public-inquiry/the-infected-blood-inquiry/the- contaminated-blood-scandal/

  4. “What is the contaminated blood scandal?”, https://www.factor8scandal.uk/contaminated-blood-scandal

  5. Evatt BL, “The tragic history of AIDS in the hemophilia population, 1982-1984”, J Thromb Haemost 2006; 4: 2295-2301

  6. “The Contaminated Blood Scandal”, https://haemophilia.org.uk/public-inquiry/the-infected-blood-inquiry/the-contaminated-blood-scandal/

  7. “Guide for the Assessment of Clotting Factor Concentrates 3rd ed (2017).” Prepared by Albert Farrugia, BSc, PhD for the World Federation of Hemophilia; https://www1.wfh.org/publication/files/pdf-1271.pdf

Keywords

Annual report